Siguió al reinado de Tulo Hostilio el de Anco Marcio y posteriormente el del
primero de los Tarquinios, Tarquinio Prisco. Los Tarquinios eran de origen
etrusco y se inicia con ellos la campaña de desprestigio del régimen monárquico. En efecto, la mayor parte de
historiadores latinos son de época republicana e inicios del Principado (Alto
Imperio) y renegaron en retrospectiva de la monarquía. Los Tarquinios aparecen
caracterizados en Ab urbe condita de
Tito Livio como verdaderos tiranos. Así, apenas se le reconoce a Tarquinio Prisco una gran mejora
urbanística como la construcción de la Cloaca Máxima.
Tomó el relevo de Tarquinio Prisco
Servio Tulio que, según la leyenda,
era hijo de una esclava de palacio y había sido adoptado y criado como príncipe
después de que Tanaquil, esposa de Tarquinio, supiera que de bebé le había
ardido la cabeza sin consecuencia alguna.
El peor de los monarcas latinos
fue, con diferencia, Tarquinio el
soberbio, el último de ellos, de hecho. Fue durante su reinado cuando
aconteció la violación de Lucrecia,
que terminaría desencadenando el final de la monarquía. Cuenta Tito Livio cómo
un día se hallaban Sexto Tarquinio, hijo del rey, y su primo Tarquinio
Colatino en una de las múltiples guerras de conquista que por aquella época
sostenía Roma y surgió la disputa de cuál de las esposas era más virtuosa.
Decidieron ambos sorprender a sus respectivas esposas para ver cómo pasaban el
tiempo en ausencia de sus maridos. Encontraron a la esposa de Sexto Tarquinio celebrando
un banquete, mientras que Lucrecia, esposa de Tarquinio Colatino, estaba
recogida en casa tejiendo en compañía de sus esclavas. Perdió, pues, Sexto
Tarquinio la apuesta y, además, desarrolló un fuerte deseo hacia Lucrecia. Al
cabo de unos días, se presentó de nuevo ante esta, ya en solitario, y se
introdujo en su lecho. Se resistió Lucrecia a sus peticiones pero entonces la
amenazó con quitarle la vida e introducir después en su lecho a un esclavo para
que se creyera que había muerto en falta y deshonrada. Cedió entonces Lucrecia
ante las presiones. Al día siguiente hizo llamar a su marido, que acudió raudo
en compañía de su amigo Bruto. La encontraron destrozada, dispuesta a quitarse
la vida para que ninguna mujer en adelante viviera en deshonra siguiendo su
modelo. Intentaron disuadirla Colatino y Bruto alegando que no había falta
donde no había intención. Fue en vano. Lucrecia se quitó la vida.
Cuando se extendió la noticia
entre los romanos, cundió la indignación y decidieron en el Senado poner fin al
régimen monárquico y expulsar a Tarquinio el Soberbio de Roma.
Se inició entonces la República romana y desde aquella fecha (509 a. C.) todo fue republicano en Roma,
según afirma Indro Montanelli refiriéndose a ese odio visceral que los romanos
tenían por la monarquía (753-509
a. C.).
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