Fue en la época arcaica donde
debieron fijarse en su forma definitiva -que no ponerse por escrito, como
veremos- los poemas homéricos: la Ilíada y la Odisea. Con ellos se
inaugura la literatura occidental y no es casual que se incluyan dentro del
género épico, pues son muchas las literaturas que se inician de forma similar.
Así, la literatura india se inaugura con el Mahabharata
y el Ramayana, la castellana con el Poema del Mio Cid y la francesa con el Cantar de Roldán. No debe extrañarnos
tal coincidencia, pues la épica es un género
narrativo, es decir, cuenta una historia y, como tal, ha sido a lo largo de
la historia un género tremendamente popular.
Pero ¿qué es la épica?
El término épica se relaciona con el
griego ἔπος, que
significaba “palabra cantada”, lo
que alude a su transmisión. En efecto, los poemas épicos se transmitieron
durante siglos de forma oral, por
parte de los aedos (del griego ἀείδω, “cantar”),
que iban de aldea en aldea cantando hazañas
de varones (κλέα
ἀνδρῶν).
Hoy en día el género
épico apenas tiene representantes, aunque pervive, por supuesto, en las
crónicas deportivas más exaltadas y también, en cierta manera, en
historias fantásticas como El señor de
los anillos. Aquí os dejo una muestra de la célebre versión cinematográfica
de esta.
Para una cultura como la
nuestra, donde la memoria tiene cada vez un papel menor, puede resultar
inconcebible que los aedos fueran capaces de memorizar y cantar sin apoyo
alguno un caudal de versos como el de la Ilíada
y la Odisea, pero los estudios de
Milman Parry a comienzos del siglo XX demostraron que aún había en Serbia aedos
capaces de tal hazaña. Los recursos
mnemotécnicos eran similares:
1. Uso de
fórmulas y epítetos de forma fija, que se repetían siempre en el mismo lugar
del verso: “Aquiles, de pies ligeros”, “Hera, de blancos brazos”, “la Aurora,
de dedos rosados”, “Odiseo, de muchos recursos”...
Estas repeticiones habían sido señaladas como defecto, como demérito, por quienes en el contexto de la polémica entre Antiguos y Modernos defendían la superioridad de los últimos sobre los primeros.
2. El ritmo dactílico. Ilíada y Odisea están
compuestas en versos hexámetros, con una estructura fija:
ˉ˘˘/ˉ˘˘/ˉ˘˘/ˉ˘˘/ˉ˘˘/ˉˉ/
De la
misma manera que la melodía y el ritmo de una canción nos ayudan a memorizar su
letra, así funcionaba el verso en los poemas.
Prestad atención a
nuestras lecturas de pasajes homéricos. Ahora ya sabéis el porqué de tantas
repeticiones. Con esto creo, os habéis hecho una idea de cómo se compusieron
los poemas homéricos pero ¿qué hazañas contaban? De ello hablaremos en próximas
entradas.
ANEXO: LA CUESTIÓN HOMÉRICA
Se denomina cuestión homérica a la discusión que durante los siglos XVIII, XIX y parte del XX se mantuvo entre la escuela analítica y la escuela unitaria.
- La escuela analítica: consideraba que tanto Ilíada como Odisea presentaban numerosas contradicciones internas, rasgos dialectales diversos, etc., que apuntaban a que cada una de ellas no serían obra de un único autor sino el producto de la unión de composiciones orales preexistentes. Serían el resultado, por así decirlo, de "corta-pega" de obras previas.
- La escuela unitaria: consideraba, en cambio, que cada obra tenía un sentido propio y parecía el resultado de la inspiración de un autor -llamémoslo Homero-, y que no sería así si fueran el resultado de la simple yuxtaposición de obras menores. Dentro de esta última escuela hay quien defiende, eso sí, que Ilíada y Odisea no son obra de un mismo autor.
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