Veíamos el otro día la
realidad fonética que se ocultaba tras el alfabeto latino y hoy es el turno de
estudiar los sonidos que esconde el, de momento, exótico alfabeto griego.
Al igual que el latín, el
griego tiene también varias series de CONSONANTES OCLUSIVAS:
PUNTO
DE ARTICULACIÓN
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SONORAS
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SORDAS
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ASPIRADAS
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LABIALES
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[b] β
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[p] π
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[ph] φ
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DENTALES
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[d] δ
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[t] τ
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[th] θ
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GUTURALES
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[g] γ
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[k] κ
|
[kh] χ
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Ya veis que el griego tiene
una serie de oclusivas más que el latín, las ASPIRADAS, que acompañaban la
explosión de una ligera aspiración. Si el otro día decíamos que podéis recordar
la serie de sonoras pensando en una “BoDeGa” y de las sordas con una “PeTaCa”,
habitualmente se recurre a la palabra “FiJeZa” para recordar las aspiradas.
El griego dispone también de
una FRICATIVA ápicoalveolar o silbante, [s] (σ, ς),
de dos NASALES, una labial
[m] (μ) y una dental [n] (ν),
y de dos LÍQUIDAS, una
lateral [l] (λ) y una vibrante [r] (ρ).
A mitad de camino entre las
oclusivas y las fricativas, está la AFRICADA [dz] (ζ).
Al igual que el latín,
también el griego se sirve de la cantidad vocálica para distinguir
significados. Los griegos distinguían entre vocales largas y breves. Es más, el
alfabeto recoge en ocasiones esta distinción:
ā
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α
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ă
|
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ē
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η
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ĕ
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ε
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ī
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ι
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ĭ
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ō
|
ω
|
ŏ
|
ο
|
ū
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υ
|
ŭ
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