Por si al leer y traducir el texto sobre la vida de los niños romanos, se os ha despertado la curiosidad, ahí va una pequeña explicación sobre el sistema que regía la nomenclatura de los ciudadanos romanos.
Los ciudadanos libres se llamaban con tres nombres o tria
nomina: praenomen, nomen y cognomen. En efecto, el nombre
completo de Julio César era Caius Iulius
Caesar y el de otro ciudadano ilustre como Cicerón era Marcus Tullius Cicero. ¿A qué respondían estos tres nombres?
El praenomen era, más o menos, nuestro
nombre de pila. Se usaba para diferenciar a un individuo dentro de la gens o familia a la que pertenecía. Se
empleaba habitualmente en el registro coloquial y en el ámbito familiar y, como
la lista de praenomina posibles era
bastante limitada, se empleaba frecuentemente abreviado. Algunos eran Caius, Flavius, Gaius, Lucius, Marcus,
Publius, Tiberius...
El nomen era el nombre de la familia a
la que pertenecía el individuo. Equivaldría a nuestros apellidos. Julio César,
por ejemplo, pertenecía a la gens Iulia,
ya sabéis, aquella que, según decían, descendían del mismísimo Iulo o Ascanio.
El cognomen era un apelativo y había referencia
a alguna cualidad o característica relevante de la persona. Por ejemplo,
Pompeyo era Gnaeus Pompeius Magnus,
Gneo Pompeyo el Grande.
Las mujeres,
por su parte, solo tenían nomen y cognomen. Su nomen era la forma femenina de la gens en la que habían nacido. El cognomen servía para diferenciar a las diferentes hijas nacidas de
un mismo padre. Por ejemplo, Iulia maior,
Iulia minor, etc. Pese a todo, debía producirse alguna que otra confusión, como podéis ver en el vídeo que aquí sigue:
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