Hace dos o tres años que Jeremy Corbyn, aspirante laborista a ser Primer Ministro inglés, anunció que, en el caso de que ganara las próximas elecciones devolvería a Grecia los conocidos como "mármoles de Elgin", actualmente expuestos en el Museo Británico. Veamos a qué se refería.
La Acrópolis (etim. ἄκρος ‘elevado’,
πόλις
‘ciudad’;
ciudad elevada) fue el núcleo originario de la ciudad de Atenas. Su situación
facilitaba la defensa en caso de agresión exterior y en ella se agrupaban los
edificios sagrados. Su templo más representativo es el celebérrimo Partenón de Atenas.
Su nombre procede del griego πάρθενος,
‘muchacha’,
y se refiere a la diosa Atenea,
patrona de Atenas. En efecto, Poseidón y
Atenea se disputaron el dominio del Ática -región en la que se encontraba
Atenas-. Para ganarse el favor de los atenienses, Poseidón golpeó una roca con
su tridente e hizo brotar una fuente de agua. Sin embargo, el agua era salada y
no se podía beber. Atenea, por su
parte, hizo crecer un olivo,
elemento fundamental en el mundo antiguo. Los atenienses eligieron el regalo de
Atenea, que, desde entonces, se convirtió en protectora de la ciudad.
El Partenón fue construido en el siglo
V a. C., diseñado por el arquitecto Fidias.
Se inscribe en el llamado orden dórico. Sus frisos están decorados con escenas de guerra: de los dioses contra
los gigantes, de los lapitas contra los centauros, de los aqueos contra los
troyanos y de los griegos contra las amazonas. Se representa, además, el
enfrentamiento de Poseidón y Atenea.
El caso es que parte de estas
esculturas fueron retiradas de su emplazamiento original y llevadas a Londres
por Lord Elgin, embajador británico
en Constantinopla desde 1799, con el permiso del sultán turco. El objetivo de
Elgin era, al parecer, familiarizar a sus compatriotas ingleses con las
antigüedades griegas. Sin embargo, las esculturas arrancadas del Partenón -en
algún caso con palanca-, conocidas con el significativo nombre de mármoles de
Elgin, acumularon polvo y humedad durante años en los sótanos de aquel, hasta
que fueron vendidas al gobierno inglés y llevadas al Museo Británico de Londres
en 1816. Son todavía una de las colecciones estrella de este, pese a las
reinvindicaciones del gobierno griego y a numerosas campañas que, bajo el lema
de Bring them Back!, pretenden la devolución de los mármoles a su antiguo
propietario, el pueblo griego. Desde el Museo Británico se objeta, a su vez,
que los mármoles fueron cedidos por el Sultán y que, además, sus instalaciones
se prestan mejor a la guarda y conservación que las de los griegos.
Y vosotros, ¿qué opináis? Documentaos sobre el tema y armaos con argumentos porque... ¡toca debatir!
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