Las Guerras
Médicas tuvieron lugar en el
siglo V a. C. (490-479 a. C.) y enfrentaron a una coalición de griegos y a los persas o medos -de ahí el nombre-. Al
margen de la legendaria expedición que, según los poemas homéricos, arribó a
las costas de Troya para recuperar a la bella Helena, fue esta la primera
ocasión en que se produjo la unión de los griegos -organizados hasta entonces
en ciudades-estado (πόλεις) independientes-. Su
objetivo no era otro que prestar su apoyo a las colonias jonias que habían sido
conquistadas por un imperio persa en plena expansión, dirigido primero por
Darío y después por Jerjes.
Tres son las batallas
más célebres que determinaron el rumbo de esta guerra:
1. La batalla de Maratón (490 a. C.):
En el año 490 a. C. un
gran ejército persa se hizo al mar Egeo y, tras destruir parte de Eubea, se
dirigió al Ática, desembarcando en Maratón. Los atenienses hicieron una
petición de ayuda a Esparta, petición que, al parecer, llevó Fidípides con una rapidez asombrosa.
Sin embargo, se encontró al llegar con que los espartanos estaban celebrando la
fiesta de las Carneas y no quisieron ponerse en marcha de inmediato por
escrúpulos religiosos. Los atenienses se vieron obligados a hacer frente a los
persas en evidente inferioridad numérica pero sorprendentemente se hicieron con
la victoria. Los espartanos llegaron a tiempo de contemplar el ensangrentado campo
de batalla.
Os sonará, supongo, la
leyenda que vincula esta batalla con el origen de la actual carrera de Maratón.
Dicha leyenda, al parecer infundada, relata que Fidípides, después de haber ido
corriendo de Atenas a Esparta en busca de ayuda y de vuelta a Atenas para
informar de la negativa, habría ido después hasta la llanura de Maratón para
participar en la batalla y después regresado a Atenas -siempre a la carrera-
para anunciar la victoria con las palabras “Salud, hemos vencido”. No es de
extrañar que, siempre según la leyenda, muriera nada más pronunciar estas
palabras.
2. La batalla de las Termópilas (480 a. C.):
Los griegos decidieron
hacer frente al avance persa por Tesalia en el estrecho paso de las Termópilas.
Durante dos días, Leónidas, con un
pequeño contingente rechazó a un ejército persa muy superior causándole muchas
bajas. Sin embargo, un traidor llamado Efialtes
mostró a los persas una senda en la montaña por la que podían rodear la
posición griega. Cuando Leónidas advirtió lo sucedido dio la orden de retirada
pero se mantuvo con trescientos espartanos resistiendo hasta la muerte.
Habréis reconocido,
supongo, el argumento del cómic 300
de Frank Miller o de su más célebre versión cinematográfica, dirigida por Zack Snyder.
3. La batalla de Salamina
(480 a. C.):
Poco
después de la derrota espartana en las Termópilas, se produjo la gran batalla
naval de Salamina. Temístocles, general ateniense, fiaba la protección de la
ciudad de Atenas a la flota, pues en ese sentido interpretaba un oráculo de
Delfos, según el cual los atenienses debían confiar en una “muralla de madera”.
Los persas asolaron el Ática e incendiaron la Acrópolis. Sin embargo, en los
estrechos de Salamina los persas sufrieron una derrota definitiva. A esta batalla está dedicada la tragedia de Esquilo Los persas.
Como
consecuencia de las Guerras Médicas los griegos fueron desarrollando una
identidad nacional helena más fuerte y la pólis
ateniense ganó en orgullo y confianza.
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