Retomamos los entresijos de la
gramática griega con la última de las declinaciones, ese cajón de sastre en el
que caben sustantivos y adjetivos de variado tipo y condición: la tercera declinación. Que no os asuste
la empresa, amigas mías, pues iremos desentrañando sus misterios poco a poco.
Empecemos de momento por repasar cuáles son sus desinencias:
SINGULAR
|
PLURAL
|
|||
NOMINATIVO
|
-ς, tema alargado
|
ø
|
-ες
|
-α
|
VOCATIVO
|
-ς, tema alargado
|
-ες
|
||
ACUSATIVO
|
-α / -ν
|
-ας
|
||
GENITIVO
|
-ος
|
-ων
|
||
DATIVO
|
-ι
|
-σι
|
1. Empecemos
por explicar en qué consiste ese alargamiento
del tema que aparece como posible marca de nominativo. Sabéis que el tema es “lo que queda de la palabra
cuando quitamos la desinencia” y que debemos aislarlo siempre a partir del
genitivo. Pues bien, veremos que hay algunos tipos flexivos de la tercera
declinación que marcan el caso nominativo alargando dicho tema, según los
alargamientos que conocéis ya bien por el aumento temporal, es decir:
ε alarga
en η
ο alarga
en ω
Veámoslo con un ejemplo. Dado
un tema λίμεν-,
tenemos
un enunciado λίμην, λιμένος. El nominativo, como
podéis ver, no tiene ninguna desinencia, sino que se marca como tal alargando
la -ε
del
tema en
-η.
2. En
cuanto a la doble posibilidad que
presenta el acusativo, responde al origen de la desinencia en indoeuropeo (i-e) -ya
sabéis, esa lengua reconstruida que...-. En i-e la desinencia de acusativo de
singular era una *-m que podía funcionar como vocal o consonante según el
contexto. El griego perdió esa posibilidad, de tal manera que cuando la
desinencia iba precedida de consonante, se convirtió en una -α (φλέβ-α);
cuando iba precedida de vocal, se convirtió en una -ν (πόλι-ν).
El resto, amigos míos, es
historia conocida. Estudiad las desinencias, añadidlas al tema aislado a partir
del genitivo y ¡estaréis declinando de nuevo! Hay, eso sí, algunos tipos que
presentan peculiaridades. Los primeros que veremos serán los temas en oclusiva.
¡A declinar!
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